11/29/2009

Premio a la infamia

El presidente de Burundi Pierre Nkurunziza, está orgullosísimo de haber recibido un "Premio por la Paz" por, entre otras cosas, su combate contra la homosexualidad. En sus propias palabras se siente agradecido de que le hayan otorgado ese premio por “haber mejorado nuestro Código Penal, al decir no a las condiciones que son contrarias a nuestro valores nacionales, como por ejemplo aquellas personas que tienen relaciones con otras de su mismo sexo. Estamos orgullosos de combatir esas prácticas”.

Pero ¿Quién entregaría un "Premio por la Paz" por atacar homosexuales? ¿Que clase de organización condecoraría el odio homófobo, llamandolé a dicha condecoración de modo burlón "Premio por la Paz"? No es difícil saber la respuesta !Correcto, adivinaron! La Iglesia Católica. Nkurunziza ha recibido este "Premio por la Paz" no de los famosísimos, ampliamente reconocidos y altruistas Premios Nobel, sino de una organización católica italiana llamada AssisiPax International.

Bueno, en un principio esta nota no debería sorprender a nadie, puesto que lo único sorprendente sería lo contrario: que la ICAR premiase la verdadera labor altruista (ya vimos que ni eso, al conocerse el chantaje que le hizo a D. C. de aprobarse el matrimonio gay). La Iglesia Católica lo único que hace en este caso es ser congruente con uno de sus principios más elementales que aunque no esta tan explícitamente por escrito, si es bastante visible en su proceder cotidiano: predicaré el odio y premiaré el odio. Pinochet recibía la comunión, a Franco le apoyaban un buen número de obispos, el Papa Pacelli elogiaba en cartas la labor de Hitler, Juan Pablo II premió con canonización al arzobispo Stepinac que colaboró masivamente en el genocidio de la organización nazional-católica Ustachá responsable de las formas más atroces y repugnantes de asesinato contra judíos, musulmanes y cristianos ortodoxos, ve como un "mal mayor" al aborto en vez de a la pederastia clerical, contempla "penas eclesiásticas duras" para cristianos disidentes pero apenas y espeta un vago reproche para clérigos violadores de menores... a veces los condecora llamándolos "valientes" (como ocurrió en Irlanda). Siguiendo esa lógica de congruencia, no es extraño que la Iglesia Católica esté premiando a un (des)gobierno por su labor persecutoria homófoba. (Ojo: no siempre la congruencia es sinónimo de funcionalidad; decir que se es congruente en palabras y acciones solo denota que las palabras van en función de las acciones, pero no quiere decir que dicha congruencia tenga impresa algún tipo de funcionalidad ética).

Por lo menos a mí esta nota esta nota me inspira, cuando mucho, un reforzamiento en mi pensamiento sobre lo que para ICAR realmente es importante: la perpetuación del totalitarismo católico. Sin embargo en algunos comentarios (exceptuando los comentarios hechos por dos loquitos ultracatólicos) puede apreciarse que los chic@s gay/lesbianas !Se sienten más indignados porque se le haya otorgado un "premio por la paz"!. No sé si me esté explicando: le están dando al supuesto "premio" otorgado por la ICAR un valor ético que no tiene, un reconocimiento moral que no tiene, un poder humanístico que no tiene al grado de creer que de verdad tiene algo de mérito positivo el haber recibido un reconocimiento "de la paz" por parte del catolicismo (puede constatarse en algunos comentarios que piden que el premio le sea retirado, o en algunos que experimentan sorpresa porque se le haya concedido esa "condecoración de paz").

Un premio otorgado por la ICAR, desde mi apreciación, no solo tiene nulo valor moral dada la reputación de quién lo está otorgando, sino además es en muchas ocasiones un indicativo de que algo estás haciendo mal en tu vida, muy mal. Digo, para que una institución que, entre otras muchas cosas más, solapa la pederastia en sus canonés te esté reconociendo tu labor, significa que de un modo u otro se está identificando con algo que tú estás haciendo, y dado su bajo nivel de reputación es muy posible que ese "algo" no sea una cosa precisamente ética. Es como si se recibiera de un día para otro un reconocimiento por parte de la mafia italiana, o de los cárteles de narcotraficantes.

Por ello, yo que el presidente Nkurunziza mejor me ponía a checar que es lo que estoy haciendo tan mal como para haber recibido una condecoración de la Iglesia Católica, comenzando por la cruzada anti-gay...

P. D: Con lo que sí hay que indignarse es por el mal uso que la ICAR ha hecho de la moralidad y la paz... insulta a la paz y a moral todos los días. "La religión enseña una moralidad deformada" Richard Dawkins.


2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón: resulta absurdo que se premie a alguien por fomentar la discriminación y la persecución institucional y estatal contra un grupo de personas, pero cuando ellos son los perseguidos (como en China o en medio oriente) entonces se violan todos sus derechos habidos y por haber.

    Saludos

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  2. Exacto. Con que no les persigan a ellos... lo demás ni les importa. Son egoístas malignos.

    Saludos!

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