Cuando valientemente la familia
Alberti Lautsi desafió el gran poder de la mafia vaticana y del (des)gobierno facista-neonazi de Silvio Berlusconi al llevar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo la discusión sobre la retirada del crucifijo de las aulas de las escuelas públicas de Italia y que éste
terminase por darles la razón (sancionando al gobierno berlusconiano a indemnizarles por 5000 euros por daños morales y conminándole a retirar los crucifijos de las escuelas públicas porque la presencia de estos en las aulas, entre otras cosas más, constituyen una violación a la libertad religiosa de los alumnos),
se abrió la caja de pandora.
Pareciera que los Alberti Lautsi dieron con el punto débil del facismo, neonazismo e integrismo católico (que para efectos prácticos vienen siendo casi lo mismo) puesto que las reacciones que se sucitaron al conocerse el veredicto de Estrasburgo rozaron desde el mediano malestar hasta la ira violenta.
"Es un golpe mortal a Europa", ha dicho Franco Frattini, ligado al partido de Belusconi.
"La Corte ha decidido que los crucifijos ofenden la sensibilidad de los no cristianos. Quien ofende los sentimientos de los pueblos europeos nacidos del cristianismo es sin duda la Corte. ¡Que se avergüencen!", ha dicho el ministro de Agricultura Luca Zaia del partido Liga Norte, partido fuertemente asociado al movimiento neonazi, antieuropeísta y ultracatólico.
"Los jueces se pueden morir, pero nosotros no retiraremos los crucifijos", ha espetado en tono fulminante el Ministro de Defensa Ignazio la Russa. Hay otros dichos más tristes, como el que hace el líder del mismísimo Partido Demócrata Pier Luigi Bersani, el cual opina que la sentencia de Estrasburgo no es sensata. Dataico y Sami, hijos de Massimo Alberti y Soile Lautsi, de 21 y 19 años respectivamente, han recibido insultos y amenazas desde que la batalla comenzó por allá de los años 2002 cuando estudiaban en el instituto Vittorino Da Feltre, e incluso les llegaban las amenazas a los Alberti Lautsi vía llamadas telefónicas; como la batalla contra el crucifijo en las escuelas públicas se detuvo por un tiempo las amenazas cesaron, pero en cuanto se conoció la sentencia de Estrasburgo
se volvieron a reavivar con más fuerza pero esta vez, como se ve, con la incitación de figuras del gobierno.
Pero entre toda la maraña de violencia verbal (eso sí, muy cristiana) existe una argumentación constante, que es la de "tradición católica".
"El crucifijo forma parte de la tradición italiana" ha dicho la Ministra de Educación Mariastella Gelmini quién en ocasiones anteriores se ha rehusado a que la "asignatura" de religión católica sea suprimida de las escuelas públicas.
"El crucifijo representa unos valores compartidos por toda la sociedad" ha dicho la Ministra de Igualdad Mara Carfagna, también del partido de Belusconi y a quién se le ha conocido fuertemente por sus posturas fuertemente hipócritas con respecto al colectivo gay. Y, por supuesto, no podían faltar las voces del Vaticano:
"Es equivocado y miope querer excluir a la religión de la realidad educativa... tan profundamente ligada a la identidad histórica, cultural y espiritual del pueblo italiano" ha dicho el clérigo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
"Esta Europa del tercer milenio nos deja sólo las calabazas de las fiestas recientemente repetidas antes del uno de noviembre y nos quita los símbolos más queridos", sentenció el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
"La religión da una contribución preciosa para la formación y el crecimiento moral de las personas. Es erróneo y miope quererla excluir de la realidad educativa", ha insistido.
Hagamos a un lado por el momento lo que resultaría obvio en un estado democrático y secular: que la educación debe ser aconfesional, no adherida a ni una ni otra doctrina religiosa. Bajo todos esos alegatos ¿entonces debería enseñarse religión católica en las escuelas públicas solo porque dicha religión forma, de un modo u otro, parte de la tradición italiana? ¿debería haber una enseñanza profunda de todo aquello que sea considerado tradición? El legado maya por ejemplo, forma parte del legado y tradición mexicana (cuando menos en teoría), y sin embargo en las escuelas públicas
no existe alguna materia específica que hable sobre la civilización maya, sobre la religión maya, sobre las costumbres mayas o la sociedad maya; como el legado maya, indiscutiblemente, forma parte innegable de la historia y cultura mexicana debe tener cuando mucho una mención dentro de las mismas, dentro de la historia y de las artes,
dado que de un modo u otro marcó e influenció el futuro de la civilización, pero nada más esa mención dentro de la Historia de México y del Arte Prehispánico, es decir
debe tener una mención dentro de la currícula de las materias generales pero no afuera de las mismas. Pero, sí uno desea profundizar en la cultura e historia maya, uno puede meterse a estudiar como antropólogo o incluso profundizar en otros libros que hablen específicamente sobre dicha cultura, dado que no es responsabilidad de las escuelas públicas profundizar demasiado en las tradiciones al grado de hacer materias bastante específicas.
También es innegable que la Iglesia Católica marcó (más negativa que positivamente) la cultura de muchas civilizaciones de un modo u otro, y por lo tanto forma parte, de un modo u otro, de su legado ¿Como podría ignorar la historia ese impactante legado católico de tanta gente quemada viva, esas bulas antisemitas que incitaron al asesinato atroz de varias comunidades judías, esos desmembramientos y empalamientos de mujeres por ser "brujas", su papel en el régimen nazi, su gran participación en la España de Franco, sus alianzas con personajes como Benito Mussolini, su condena total a las leyes que abolían la esclavitud, su batalla constante en contra de las instituciones seculares y de la separación Iglesia-Estado, su manera tan peculiar de amasarse grandes fortunas, los niños bautsis ruandeses que envenenaban con caramelos los domingos después de misa y su activa incitación al genocidio de 800 000 tutsis y hutus moderados, sus pactos con la derecha empresarial para despojar de sus tierras a los indígenas, su lobby en la ciencia psicológica para patologizar la homosexualidad, sus dictados en los que se decía que las mujeres no poseían alma y eran las grandes incitadoras del pecado de la lujuria en el hombre, su batalla para prohibir los matrimonios civiles interraciales, su defensa de la política Apartheid para seguir segregando por raza en los colegios de educación pública, sus instituciones políticas como la Ustachá y la Falange responsables de asesinatos masivos de musulmanes, su amor por las cruzadas, sus incontables casos de niños ultrajados sexualmente por sus clérigos católicos pederastas a los cuales defiende a capa y espada, sus ideólogos como Tomás de Aquino que decía que la violación "no era tan grave" porque daba pie a la vida y Agustín de Hipona que decía que la mujer era la responsable de que el hombre cayera en pecado, su odio por el progreso científico el cual perseguía con ferocidad dado que según ella "explica mejor el mundo" que sus mismas doctrinas (esa fue la razón por la cual condenó ferozmente en su momento a la teoría atómica, y por la cual incitó el asesinato de Hipatía), su historial de mentiras científicas graves como decir que el SIDA "se transmite por usar condón" y que la abstinencia "es la única respuesta" al mismo, sus otras más mentiras anticientíficas de que la homosexualidad es una enfermedad y que la masturbación deja ciegas a las personas, sus doctrinas que celebran el sufrimiento del ser humano para "purificar su alma" y su condena total al placer y a la felicidad, su condena total a las libertades del ser humano por considerarlas "libertinajes", sus casos de lavado de dinero del Banco Vaticano, sus constantes anti-tésis sobre lo que para ellos representa la "vida humana", su odio por el derecho a la muerte digna y no sufrida, su intolerancia contra las creencias contrarias a ella y sobre todo en contra de la no creencia o el ateísmo al grado de calificalo como el "peor de los males", entre muchas otras cosas más...? ¿Como ignorar ese negro legado que ha quedado impreso en la historia de la humanidad? Por supuesto que ese legado de tradición católica debe enseñarse en la escuela, pero al igual que el legado y tradición maya debe enseñarse dentro de la materia de Historia dado que afectó el curso con el que se desplazó la humanidad (y sobre todo para enseñarle a los niños "como no deben de comportarse"; quién no aprende su historia está condenado a repetirla) ¿Pero porqué el señor Lombardi cree que su tradición merece un espacio especial, tanto en la forma de asignatura o crucifijo, en las escuelas públicas? ¿Por qué es compartida por la mayoría de las personas? Pues no, no basta con que sea acogida por la mayoría de las personas (lo que la mayoría adopta no es a menudo sinónimo de funcionalidad); al igual que quién desea estudiar o profundizar en el legado maya debe hacerlo en otros libros o incluso metiéndose a estudiar antropología, aquél que deseé profundizar sobre el legado católico o religión católica debe hacerlo en otros libros o incluso metiéndose al catecismo de la iglesia de la esquina. La Historia le da a cada legado cultural el espacio que se merece, la educación pública le da a cada legado cultural el espacio que se merece
dentro de las materias de estudios generales y no creando materias aparte para hablar de cada legado por separado; le da el mismo que todos, ni más ni menos.
Carfagna y Bertone creen que el crucifijo dota de formación moral a las personas, que en él están impresos los valores más funcionales y positivos que son, según ellos, compartidos por todo el mundo. Pues, dada la participación y presencia del crucifijo en toda la impactante tradición católica que he mencionado arriba, uno podría pensar que el crucifjo carga con todo menos con formación moral funcional, que los significados que arrastra el crucifijo son "Tres F": Feos, Fatales y Funestos. Y ni quién desee adherirse (al menos los que saben y aceptan esa realidad) a un símbolo que ha representado odio, mentira, genocidio, homofobia, antisemitismo, misoginia, racismo, sexismo, resentimiento, obsesión por el poder y el control total... en palabras de la propia Soile Lautsi:
"el crucifijo tiene detrás muchísimos significados negativos, a partir de la discriminación de las mujeres y los homosexuales".
Tal parece que, al final de cuentas, la calabaza es más inocente que el crucifijo.
P. D: Pese a todo el alboroto que se está sucitando en Italia con respecto a la prohibición del crucifijo, se ve muy difícil que el Tribunal de Estrasburgo vaya siquiera a analizar la sentencia otra vez.