12/17/2009

Gregory Paul y el fin del teísmo

Hace poco tiempo informaba que Gregory Paul, paleontólogo independiendiente de Baltimore, Maryland, llevo a cabo por poco más de una decada un estudio acerca de las religiones cuyos resultados presentó en el año 2005. Voy a resumir en breve lo que aconteció en aquél entonces: Paul quería verficar por sí mismo si era real aquél dicho constante de las huestes religiosas, que una sociedad es mejor con la religión, que una sociedad sin religión es una sociedad sin moral.

Lo que el erudito de los dinosaurios encontró por ese entonces fue algo que no solo es revelador socialmente hablando, sino que además los resultados del mismo estudio cayeron como balde de agua fría a toda la comunidad religiosa, especialmente al cristianismo (y casi corroboró algo que nosotros los ateos ya sabíamo): Paul encontró que existe una fuerte correlación entre los niveles de religiosidad de un país y sus niveles de salud social, encontró que a mayores niveles de religiosidad en la sociedad mayores niveles de insalubridad social; dicho sea de otro modo, entre más religiosa sea una comunidad es posible encontrar indicadores de disfuncionalidad social como robos, asesinatos, enfermedades de transmisión sexual, sistemas económicos deficientes, embarazos no planeados, etc. El estudio fue publicado en el N. 7 del Journal Of Religion & Society, y el cual pueden consultar pinchando aquí.

Tan pronto como el estudio vió la luz fue ferozmente criticado por líderes de la comunidad cristiana: sacerdotes católicos, teólogos, pastores evangélicos, bautistas.... Sin embargo apenas era el principio; Paul sometió su estudio a una revisión por estadistas con el objetivo de saber si la correlación era lo suficientemente fuerte como para justificar la elaboración de otro estudio más profundo sobre la cuestión. Los estadistas informaron que la correlación era demasiado sugerente como para realizar estudios más profundos.

Hasta ese momento solo se hablaba de una simple correlación, es decir, el hecho de que una variable modificase sus valores dependiendo de los valores que adoptase otra, sin haberse establecido todavía una relación causal para tal variabilidad dependiente. En este caso los valores de la variable que Paul denomina "índice de salud social de una sociedad" se veían modificados cada vez que aumentaban o disminuían los índices de religiosidad de la misma, el índice de salud social depende de los niveles de religiosidad social. Cuando los índices de religiosidad eran menores (una sociedad secularizada), el índice de salud social aumenta. Cuando los índices de religiosidad eran mayores (religión hasta en las políticas), el índice de salud social caía. Todavía faltaba responder a la pregunta ¿cual es la causa por la cual se dá esta variabilidad? ¿por qué la religión tiene más presencia donde la salud social tira hacia lo deporable?

El reciente estudio de Gregory Paul parece haber hallado esta relación causal; si el primer estudio les cayó como agua fría a los líderes religiosos, el segundo lo sentirán como tempano de hielo. Gregory Paul concluye en su estudio reciente que las creencias religiosas populares tienen su origen en condiciones sociales disfuncionales. En aquellas naciones, dice Paul, donde la sociedad está sometida a niveles de estrés extremos, la religión florece de la invención humana (y dice que por lo tanto no es producto de una especie de herencia o arraigo a la condición humana) como una especie de "muletilla" para contrarrestar la ansiedad asociada a las condiciones socioeconómicas estresantes; lo cual de cierto modo viene a corroborar lo que la sociología ha dicho acerca de la función de la religión en la sociedad: que es una especie de analgésico para la ansiedad.

Aquellas naciones con buenos índices de salud social, como Suecia y Canadá, poseen bajos niveles de estrés asociados a la situación socioeconómica, y son naciones secularizadas por excelencia (tanto en lo social como en lo político). En cambio, aquellas naciones que muestran signos variados de que su índice de salud social no es del todo funcional (pobreza, quiebra económica, alta tasa de suicidios, alta tasa de homicidios, inseguridad, alta tasa de enfermedades de transmisión sexual, etc), son países que poseen niveles de estrés mayores, y son naciones en las cuales la religión posee una presencia resaltable en la vida socioeconómica.

Como era de esperarse, la mayoría de estas naciones que poseen bajos niveles de estrés asociados a la situación socioeconómica son países desarrollados en varios de sus parámetros socioeconómicos, los cuales practicamente satisfacen la gran mayoría (si no es que todas) de las necesidades de sus residentes, y por lo tanto no necesitan del "abrigo paliador y analgésico" de la creencia religiosa, y eso se refleja en sus sociedades fuertemente secularizadas y las políticas laicas de las mismas. Solo existe una excepción que es EUA, un país que si bien se considera dentro del grupo de las naciones desarrolladas, es una nación con altos niveles de religiosidad. Paul explica que esto se debe a que dicha nación está sometida a niveles de estrés extremos por determinadas situaciones socioeconómicas, tales como la falta de un sistema de salud universal, el ambiente económico competitivo y las crecientes desigualdades de renta; apunta que en estas condiciones la confianza en un creador sobrenatural y la observancia religiosa proporcionan "alivio", ese "efecto analgésico" del que habla la sociología proporciona la religión a la sociedad.

Los científicos críticos del estudio apuntan que si bien la reciente investigación de Paul claramente indica que a mayor presencia tenga la religión en una sociedad indica fuertemente que la misma se está desintegrando por sus condiciones socioeconómicas estresantes, hace falta hacer estudios más a profundidad sobre esta cuestión que seguramente levantará ampollas en distintos sectores de la sociedad, principalmente entre la derecha cristiana que suele ser ultrasensible incluso si no la "están atacando".

Personalmente creo que una de las siguientes cuestiones a tratar por Gregory Paul es si la religión funge únicamente como analgésico (la postura de la sociología), o sea una cuestión mucho más delicada (y peligrosa) como ha afirmado Dan Baker: que la religión esté ofreciendo soluciones "paliativas" para problemas que ella misma está creando (Baker ofrece el ejemplo de alguién que te corta a propósito para luego venderte una bandita). El propio Paul nos da una idea de que la religión política puede estar creando dichos índices de salud social deficiente, que a su vez hará que las personas dependan más del "efecto analgésico" de la misma, algo así como una especie de retroalimentación maligna para la existencia de la religión: “Puesto que las democracias altamente secularizadas son significativa y regularmente superiores a las sociedades teístas, las hipótesis de que éstas generan condiciones socioeconómicas más éticas deben rechazarse a favor de la hipótesis de una mayor moralidad socioeconómica en las sociedades seculares democráticas. La ‘prosocialidad’ y la caridad religiosa son menos eficaces en la mejora de las condiciones sociales que los programas de los gobiernos seculares”.

El estudio de Gregory Paul es muy extenso para comentarse aquí, solo he hablado a modo de introducción de su investigación; Paul toca tópicos diferentes dentro el mismo, tales como el fracaso de las políticas de "solo abstinencia sexual" en su tarea por evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual y cuya inspiración al momento de la elaboración de las mismas se encontró en la biblia, pero siempre dentro de la línea de su investigación: que la religión se da en índices de salud social deficientes. Pueden acceder al mismo, a su estudio reciente, pinchando aquí. Una pregunta final me viene a la cabeza ¿este será el preludio, el inicio del fin del poder del dogma religioso?

3 comentarios:

  1. Excelente artículo.
    Personalmente no me cabe duda que la religión es, como todas las instituciones, una respuesta a necesidades concretas de la sociedad y, en consecuencia, del propio individuo. El matiz "analgésico" le da el toque objetivo a la cuestión y creo que es correcto.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, eso lo entiendo, yo no apoyo leyes tan severas, ni dictaduras de ningún tipo (ni religiosas, ni Antirreligiosas).
      -----------------------------------------------------------
      El mejor modelo para un Gobierno es el Democrático Participativo con derecho a la Libertad de culto.
      -----------------------------------------------------------
      Por ejemplo con la Homosexualidad: No estoy de Acuerdo con que sea Ilegal, ni con la Prohibición de Centros Nudistas, Saunas, Bares, Balnearios, siempre y cuando, no se permita la entrada de menores de edad a éstos Lugares.
      ----------------------------------------------------------
      Tampoco estoy de Acuerdo con las Uniones Civiles Homosexuales ni con que Adopten Niños.
      -----------------------------------------------------------
      Pero sí con el derecho a la Herencia, los Seguros Sociales, las visitas de éstas personas en la Cárcel o el Hospital.
      ----------------------------------------------------------
      Y en cuanto a los Suicidios he visto en Mapas de estadística, que se da más en países desarrollados, tal vez sea por el Materialismo elevado y el Egoísmo que hay en éstos Países.

      Eliminar
  2. Asi es, y es la cuestión que ha sido abordada por Paul: esa necesidad de la gente por afrontar el estrés usando la religión. De lo que a veces no se dan cuenta es que ese mismo "analgésico" es precisamente el que está creandoles todo tipo dw problemas.

    Saludos!

    ResponderEliminar

Comentarios tipo "Troll de internet" serán eliminados.