7/31/2009

Un depredador sexual llamado Nicolás Aguilar

Esta persona, acusada de violar a 90 niños, ejerció el sacerdocio desde 1970; desde siempre tuvo el respaldo y apoyo del corrupto cardenal Norberto Rivera Carrera, debido a que pese a que las denuncias llegaban a sus oídos por parte de los feligreses afectados, el no hizo absolutamente nada para remediar la situación, e incluso le espetó a una de las afectadas "Y qué ¿quiere que saque de la manga a otro sacerdote?". La jerarquía católica, como ya es costumbre, se dedicó a difamar a las pequeñas víctimas alegando que las denuncias solo eran tretas para "sacarle dinero de la iglesia", mientras que a su vez hicieron mancuerna con las autoridades judiciales mexicanas para retrasar la orden de aprehensión mientras ocultaban al cura (cosa que de nada les sirvió, ya que los mismos vecinos del sitio donde se escondía revelaron el lugar de su ubicación); pero llegaron todavía más lejos: al girar la orden de aprehensión nadie se encargó de ejecutarla, nadie se encargó de apresar al pedófilo ensotanado pese a que sabían el sitio donde estaba escondido, e incluso algunas voces afirman que las cosas llegaron a tal impunidad que el mismo cura en vísperas de la orden fue a tramitar tan tranquilamente un amparo.

Aguilar Rivera está acusado en los EUA de violar a 26 niños, la Corte de California pide que comparezca ante la justicia estadounidense, al igual que el cardenal Norberto Rivera Carrera, su protector, debido a que él ya tenía conocimiento del negro historial del cura pederasta y aún así lo envió a California, con el objetivo de evitar un linchamiento en México. Sin embargo Rivera Carrera no ha acudido al tribunal angelino, se acoge de la "soberanía nacional" para no ir, y hasta su vocero, el sacerdote misógino Hugo Valdemar, se ha burlado del hecho de que mientras en EUA lo enjuician en México no lo hacen porque según él "la justicia mexicana sí es justa". 30 años después, el Vaticano, que también sabía de los abusos sexuales cometidos por el sacerdote contra niños y no hizo nada durante muchísimo tiempo, finalmente lo redujo al Estado Laical; es un "paso" (sí asi se le puede considerar), sin embargo Sanjuana Martínez, la periodista que tan valientemente ha revelado toda la información que les acabo de comentar en su libro "Prueba de Fe: la red de cardenales y obispos en la pederastia clerical", se dice y se pregunta a sí misma: Nicolás ya no es cura, pero sigue siendo pederasta ¿y su protector?

Ahora solo falta la administración de justicia, sino es en México, que sea en California.

Aquí linkeo su nota publicada en CIMAC: Periodismo con Perspectiva de Género, al respecto del tema.

2 comentarios:

  1. ¡¿90 niños?! ¡Qué locura! Y después éstos quieren predicar la palabra de dios... ¡Son unos desvergonzados!
    La iglesia le saca la sotana, pero la justicia permite que siga violando como si nada. ¡Es una barbaridad!

    Saludos

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  2. Y eso que el caso de Nicolás Aguilar es apenas la punta del iceberg, mi amigo. Desafortunadamente México es el paraíso de los curas pederastas: protegidos por la iglesia católica y por la ley, los únicos que salen perdiendo son los niños violados y sus familiares. La verdad la situación esta para decepcionarse, y huiy.

    Feliz fin de semana!

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