10/10/2009

Creer por creer. Parte 2

Se dice que es de humanos errar, pero también rectificar; sin embargo a la religión no le gusta aceptar que ha errado y menos está dispuesta a rectificar. La actitud de la religión por descalificar (en vez de enfrentar) los comentarios críticos hacia ella, o incluso de censurar a los mismos mediante el empleo de las leyes o de las amenazas de muerte (esto principalmente en la época de la Inquisición, pero no se descarta que todavía tenga las mismas intenciones), han vuelto a sus propios mandamientos débiles ante la menor crítica hoy en día que ya existe la libertad de expresión y el estado democrático, o al menos así lo ha sostenido Christopher Hitchens. Por ello la Iglesia desea acabar con esa libertad y dicho modelo de estado; antes que ver enfrentadas sus posturas ante la crítica primero prefieren deshacer lo que permite la libre circulación de dichas críticas contra ella; recordemos: para la Iglesia solo existe libertad de expresión si todos están de acuerdo en todo lo que ella diga, si le permitimos que incida y critique cada aspecto de nuestras vidas de una forma obsesiva, y nosotros no le critiquemos nada en lo absoluto, y donde la única "democracia" la impone ella. Este es sin duda alguna el sueño dorado de la ICAR y de casi toda religión en general.

Prueba de que dichas ideas son débiles ante la menor crítica puede observarse en diferentes episodios, cuando los creyentes evitan responder a los cuestionamientos hacia sus dogmas escondiéndose y no dando la cara para explicarse, o cuando en efecto ocurre una confrontación con ellos, como la que se dió hace poco tiempo en la ciudad de Sydney, Australia. En el Festival de Ideas Peligrosas se darían cita algunas personas para defender cada una el contenido de sus ideas frente a otras opuestas, entre esas personas se encontraban Hitchens, Germaine Greer (una feminista radical) y el cardenal George Pell. Monseñor Pell había acudido con el propósito de defender al cristianismo, por alguna razón en sus previas declaraciones al festival se le notaba tan convencido de que realmente defendería su credo de un modo más o menos descente, y por lo menos tenía la idea de que por lo menos lo intentaría... pero nada más alejado de la realidad, los argumentos en defensa de la religión aparentemente siempre serán los mismos de siempre y, como casi siempre, casi todos estarán inspirados en opiniones personas no sustentables, como los argumentos de George.

Primero empezó diciendo que él seguiría creyendo en "dios" porque es un dios de amor y que ningún ateo puede explicar la "sonrisa de un niño". Bueno, en realidad la sonrisa de un niño tiene no una sino varias causas (dulces, juguetes, buenos cuidados, canciones infantiles, etc), y en realidad dudo mucho que dicha sonrisa esté inspirada en la Iglesia o incluso en "dios"; en primer lugar la Iglesia es uno de los últimos lugares en los que debería estar un niño, ya saben por qué, para nada les crea sonrisa alguna... y en segundo lugar respecto a "dios", cabe recalcar que incluso los niños que acuden a la catequesis se muestran más interesados en el recreo o en la anécdota de sus compañeritos de clase o en los juegos que en los mismos relatos contradictorios y aburridos de la biblia o en las canciones que hablan sobre "dios". Pero ¿y qué rayos tiene que ver la sonrisa de un niño con la existencia de "diosito" y la defensa del cristianismo? ¿el cristianismo es mejor solo porque la opinión personal del cardenal Pell sobre "diosito" es que es un "dios de amor"? ¿que es lo que pretendió al decir eso? ¿Cree que porque el cree eso todo mundo lo creerá o lo cree? Evidentemente eso no sirve como defensa. No creo que a un dios pueda considerarsele "amoroso", y menos hacia los niños, si en primer lugar la Biblia está repleta de alusiones infanticidas establecidas por "dios" (como el mandamiento Levítico que ordena asesinar al menor que insulte a sus padres, o el relato Éxodo donde "diosito" asesina a los niños egipcios por el comportamiento de otra persona ajena a los mismos), y en segundo lugar porque ¿Que clase de dios permite que los niños sean ultrajados sexualmente por clérigos católicos, y más si estos tienen más que ver con "diosito"? A la religión, en este caso al cristianismo, no le importan en lo más mínimo los niños, cuando mucho los usarán como escudo propio para evitar reconocer de un modo cobarde sus propios sentimientos agresivos.

Pasemos a otro rubro, entre otras tantas cosas que Pell mencionó, se hallaba el argumento de que a "diosito" no se le puede demostrar por la ciencia puesto que éste se halla, según él, "fuera del tiempo y espacio"; interesante argumento, el cual le pone en grandes dilemas, puesto que:

A. No tiene manera de demostrar de un modo efectivo tal afirmación; puesto que afirma a "diosito" no se le puede demostrar mediante la ciencia, entonces lo que pretende es que a éste solo puede demostrarséle con la "fe religiosa", la cuál solo dice "creer sin tener pruebas, creer sin ver". Pero con "fe" puede "demostrarse" la existencia de cualquier cosa (por supuesto que la fe no demuestra la existencia de algo, solo exige únicamente creer que existe y listo), como veremos más adelante.
B. Está fuera del tiempo y del espacio, como todo lo que no existe.
C. Pero, si asi fueran las cosas como dice Pell que son, entonces "diosito" no puede ser omnipresente puesto que para empezar está fuera de todo espacio, y no puede ser omnímodo puesto que al estar fuera del tiempo abarca nada, ninguna época en ningún lugar. Con dicha aseveración está tumbando prácticamente los muy inestables cimientos de su teología.
D. Pretender comprobar la existencia de algo diciendo que se encuentra "fuera del tiempo y espacio" (y por lo tanto no puede ser visto o comprobable) es una falacia; con esa argumentación no solo se puede probar la existencia de "diosito", también puede comprobarse la existencia de prácticamente cualquier cosa: los criters, los genios de las lámparas mágicas, los fantasmas, las hadas, el demonio, Zeus, Mitra, Goku, los unicornios, el monstruo de spaguetti volador...

Pero no se quedó ahí, Monseñor Pell recurrió a otra pseudociencia, la metafísica y el creacionismo, para comprobar la existencia de "diosito". Apelando a la composición ínfima de los átomos, se preguntó ¿por qué existe? (la composición ínfima de los átomos). Como verán, la pregunta ¿por qué existe? o ¿por qué esta ahí? solo funciona para abrirle la puerta a los creyentes y formular debates absurdos. Al sugerir un "¿por qué existe?" la idea se canaliza hacia "una razón por la cual esta ahí, un motivo", como generalmente las cosas que tienen motivo o razón son "a intención" de/para algo o alguién, entonces a los creyentes les sirve mucho el "¿por qué existe?", les abre la puerta para postular la existencia de un dios que no puede ser comprobado y además para imponer sus supuestos mandatos, o sea su muy recurrida "supuesta razón por la cual estamos aquí": para hacer la voluntad de "dios".

Pero el asunto no es sencillo, puesto que la mayoría de todo lo que vemos sencillamente no tiene alguna razón de estar ahí: simplemente está. Tomemos el ejemplo del agua, a pesar de que es un elemento necesario para todos los seres vivos (la existencia de seres vivos como tal empezó en el agua a partir de organismos unicelulares) no significa que esté ahí para satisfacer nuestras necesidades, simplemente se halla ahí por resultado de todo un ciclo físico-químico de separación, condensación y precipitación de partículas formadas por la unión de hidrógeno y oxígeno. El hecho de que esta sea necesaria para los seres vivos no significa que esa sea la razón por la cual existe o está ahí (la necesitamos porque como he dicho la vida compleja como tal empezó en el agua), simplemente esta ahí. Los creyentes a menudo aprovecharían la confusión en este aspecto para decir algo como esto: "los seres humanos necesitamos el agua y esta ahí puesta por esa razón, porque la requerimos, solo alguién debió haber pensado en esa necesidad del ser humano y por ello la dispuso a nosotros".

Pasemos al ejemplo de los medicamentos, los cuales si tienen una razón de estar ahí: fueron creados a partir de complejos químicos presentes en la naturaleza, por el ser humano, para curar o paliar los distintos tipos de enfermedades, algunos de ellos fueron creados en laboratorios. Están ahí por una razón: fueron diseñados para curar enfermedades. Los creacionistas a menudo apelan a este argumento, el del "diseño inteligente", para comprobar la existencia de dios: un edificio no esta ahí porque sí, tuvo que haber sido diseñado y construido; un medicamento no está ahí porque sí, fue diseñado; un auto no está ahí porque sí, tuvo que haber sido diseñado por alguién; del mismo modo este mundo no está porque sí, tuvo que haber sido diseñado por alguién. Lo que desconocen es que podemos ponernos en contacto con la compañía constructora que elaboró el edificio, podemos ver los registros de la ciudad para checar por quién fue construido y comunicarnos con ellos, podemos averiguar por la caja del medicamento el nombre de la farmaceútica fabricante y podemos consultar artículos médicos disponibles sobre dicho fármaco, y finalmente podemos ponernos en contacto con la compañía automotriz fabricante del auto mediante la distribuidora; cosa que no puede ser posible con el supuesto "diseñador" que los creyentes afirman que "existe".

El resto de las cosas dichas por Pell son temáticas de cajón con argumentos de cajón. Al cristianismo, lejos de lo que pretende este cardenalato, no le importa la vida humana; de lo contrario no adoctrinaría soldados al enviarlos a la guerra bajo las directrices de la Biblia, de lo contrario la ICAR no hubiera hecho (o hace) alianzas con dictadores genocidas reconocidos como Hitler, Pavélic, Franco, no hubiera creado la Inquisición, y no se codearía con clérigos islámicos radicales. Al cristianismo, lejos de lo que pretende Pell, no le importa el matrimonio en lo más mínimo, de lo contrario si de verdad le importa mucho la ICAR dejaría que sus clérigos se casen, la supuesta "defensa del matrimonio" es en realidad la eterna batalla del clero cristiano por deslegitimar el divorcio civil y el matrimonio gay civil e imponer sus doctrinas a todo mundo (otro asunto que de plano le parece chocante al cristianismo, que el Estado se encuentre separado del mismo). Al cristianismo, lejor de lo que pretende Pell, no le importa "la familia", de lo contrario no encubriría y/o escondería a clérigos pederastas, los cuales a menudo buscan familias pobres y desprotegidas para acosar sexualmente a los menores de edad.

Todo lo que ha dicho Pell no es algo nuevo, es lo mismo de siempre, las mismas falacias de siempre, y el mismo negacionismo de siempre. Hay otra nota estrechamente relacionada, solo que esta otra viene de parte de Monseñor Gianfranco, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, quién arremete de un modo curioso en contra del ateísmo y trata, como siempre ha tratado la religión, inútilmente compatibilizar la fe y la razón o la ciencia...

2 comentarios:

  1. Bravo por esta entrada! Bien rotundo al decir que todo lo que está fuera del espacio y del tiempo, sencillamente no existe. Frase corta pero terminantemente cierta. Me encantó lo del "monstruo spaghetti volador"!!!jajajaja

    Saluditos

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  2. Ya voy a hablar un poco del monstruo de spaguetti volador en este mes! Es un mes de monstruos y espantos así que adelante!! Jeje.

    Feliz semana Beto!

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