La arrogancia del clero

A pesar de que soy ateo y secularista y casi tan anti-religión como es posible ser, no tengo ningún problema con nadie que crea en Dios, si así es como quieren vivir sus vidas. De hecho, creo que para algunos, creer en un dios falso - y este es falso porque todos lo son - puede ser bastante terapéutico, de la misma forma que, digamos, la luz artificial puede ayudar con la depresión invernal.

Pero la fe personal y la religión pública son dos cosas completamente diferentes. Cuando la religión se vuelve pública, deja de ser espiritual y se convierte en política, normalmente yendo con el pasaje de la hipocresía moral. Y porque reivindica autoridad divina, pidiendo sumisión incondicional y obediencia, por fuera de los límites de la razón; desprecia la democracia tanto como desprecia a las mujeres y los homosexuales - por lo tanto, bastante -, y entonces siempre trabaja en favor de la teocracia, en favor de fortalecer el poder y el estatus del clero.

La religión pública existe para el solo beneficio del clero, y el clero existe para el solo beneficio del clero, y este es un punto central que hay que entender. La fe personal, la espiritualidad, como quieran llamarla, no necesita ser administrada y vigilada por una clase privilegiada de fascistas clericales, mientras que la religión pública no sólo depende del clero, ellos dependen de ella. Ninguno puede existir sin el otro, y tampoco es realmente necesario. Y ellos lo saben, por supuesto, y es por eso que su apestosa religión se refiere a la culpa y la sumisión y la obediencia, no a la iluminación... ¿están bromeando? Eso es lo último que quieren, porque la gente ilustrada no necesita clero.

¿Por qué creen que el Papa le dice a los Católicos: "La obediencia a la doctrina de la Iglesia es el fundamento de vuestra fe"? No el Sermón de la Montaña, no amar a tu prójimo. La obediencia es tu fundamento. Por supuesto que lo es. Necesita serlo, porque la alternativa es que busques en tu propio corazón, y ese es el último lugar en que estos parásitos quieren que busques porque allí está el detector de tonterías.
He oído referencias al clero de varias formas - pilotos del cielo, vampiros con alzacuellos, piojos de la humanidad es uno de mis favoritos -, pero no creo que estos epítetos hagan justicia a la verdadera iniquidad de la profesión clerical, que creo que está dedicada a la confusión deliberada de la raza humana.

Como los alquimistas que se especializan en transformar el oro en plomo, el clero busca eliminar tanta creatividad y placer como sea posible, para neutralizar efectivamente la experiencia humana y para persuadirnos de que esta vida no es suficientemente buena. Reivindican autoridad moral, cuando su historial muestra que las palabras 'religión' y 'moral' ni siquiera pertenecen a la misma frase, tanto como las palabras 'creación' y 'ciencia', o 'islámico' y 'educación', o 'bíblico' y 'sensatez'. De hecho, la única moral que una persona sana saca de la religión es: "no creas todo lo que lees en los libros". Y cada vez que algún clérigo viejo es citado en los medios se las arregla para representar la opinión secular como una forma de extremismo, cuando son ellos mismos quienes son los extremistas, insistiendo en que nosotros negamos las evidencias de nuestros propios sentidos, no sólo para dar cabida a una balsa de absurdos improbables, sino para dejarlos decidir muchos aspectos de nuestras vidas. ¿Cuánto más extremo lo quieren?

Y no hay profundidades en las cuales esta gente no se hundirá para reforzar su dogma fallado. Los condones, por ejemplo. Todos sabemos que a la Iglesia Católica no le gusta el control de la natalidad, lo que es un poco extraño, ya que favorece casi cualquier otra forma de control; pero dar falsa información, a sabiendas, acerca de los temas de la vida y la muerte a la gente que están obligadas a obedecer, como el Papa hizo algunos meses atrás, y como el clero católico hace rutinariamente en Africa, es cínico e inhumano y debería ser tratado como intento de asesinato.
Cada palabra pública de los clérigos viejos está diseñada para quitarnos poder y desconectarnos del planeta que nos da vida porque no nos quieren enraizados de ninguna manera. Así que nos dicen que ni siquiera pertenecemos a este mundo. Somos demasiado buenos para este lugar pecaminoso, porque somos sagrados y especiales. Oh, sí. Somos tan especiales que tenemos que pasar nuestras vidas enteras arrodillados pidiendo perdón por cosas con las que no tenemos nada que ver.

¿Por qué creen que todo lo bueno sobre la religión sucede en el futuro y no en el presente? No en el único punto de verdadero contacto que tienes con la realidad, y por lo tanto el único punto en el que tienes algún poder. Eso está reservado para la oración y la penitencia y el desprecio de la condición humana. Mucho mejor, entonces, que te enfoques en ese glorioso futuro. Y mientras estás esperando que eso llegue - de hecho, mientras estás esperando que tu vida termine para que eso llegue - qué mejor momento que el presente para arrodillarte y recitar algunas oraciones y hacer alguna penitencia. Nunca puedes hacer demasiado; lo sabes.

Y mientras estás allí abajo, pidiendo perdón por tu existencia, como siempre, por qué no tomarte un segundo para preguntarte una pregunta bastante obvia para mí: ¿Quién se beneficia de tu fe en el aquí y ahora, donde realmente cuenta? ¿Quién cosecha las recompensas terrestres, opuestas a las menos tangibles celestiales de la tierra feliz por siempre jamás que te han prometido? Déjame preguntarte algo. ¿Cuánta gente conoces que viva en un palacio? Un puñado, ¿verdad? ¿Cuánta de esta gente son clérigos cristianos, y qué diablos supones que creen que están haciendo allí? Seguramente cualquier clérigo que vive en un palacio ha perdido el rumbo y el mensaje de Jesús por mucha distancia. No necesitas ser un teólogo para saber esto. Un niño podría señalar que este hombre ni siquiera ha empezado a entender las lecciones que se supone estará enseñando a otros. Meramente está actuando un papel, como un mono entrenado. No está remotamente calificado para la posición en la que está, y, ocupándola como lo hace, la envilece y la torna insignificante.

El Arzobispo de Canterbury. Lo recuerdan, por supuesto. Es el traidor sin principios que quiere que la ley sharia se implante en Gran Bretaña porque es una ley religiosa y porque para él la religión viene primero y la gente viene después. Y aquí en Gran Bretaña nos hemos acostumbrados a ser sermoneados por este hombre sobre el altruismo y el no materialismo desde el confort de uno de sus dos magníficos palacios. Así es, dos palacios, convenientemente situados más o menos a una hora de viaje de uno al otro. Ya he mencionado esto antes, pero tengo que hacerlo otra vez porque todavía no puedo creerlo yo mismo. Su colega, el Arzobispo de York, otro moralista mediático con mucho para decir sobre él, vive - adivinen dónde - en un palacio. Por supuesto que sí. ¿Dónde más viviría? Cualquier otra cosa hubiera sido un insulto a Jesús, ¿no es así? Y para el resto de ello, los obispos, arzobispos y cardenales, ninguno de esos bastardos ensuciaría sus pies en nada menos que una mansión. Por supuesto que todos sabemos del Papa y su gigantesco palacio. De hecho, preside una ciudad entera, que también es un estado soberano, sobre el cual él es la única regla. Buen trabajo si puedes conseguirlo.

Mientras tanto, ¿dónde estás tú? ¿Todavía sobre tus rodillas rezando por tu salvación, de casualidad? Bueno, si es así, quédate así, porque tu tele-evangelista preferido necesita comprarse un nuevo jet privado con tu dinero, en el nombre de Jesús, por supuesto. Ese Jesús. Va a ser un hombre joven y muy rico cuando vuelva, ¿no?, con todas las cosas que han sido compradas a su nombre. Toda ese burdo, extravagante e innecesario lujo. Me pregunto qué pensará él cuando se dé cuenta de que la imagen de su macabra muerte en la cruz ha sido transformada en el logo más lucrativo de la historia humana, y que 2000 años después todavía está recogiendo montañas de dinero, principalmente de la gente pobre. Me pregunto si Jesús se permitiría un remordimiento de conciencia y reflexionara de que quizás es él quien debería arrepentirse, y no nosotros, y que es él el que debería estar pidiendo nuestro perdón por permitir que su nombre fuera secuestrado y explotado por estos cínicos criminales chupa-sangre.

Adivino que sólo tenemos que esperar y ver. Mientras tanto, vuélvete a la religión si realmente tienes que hacerlo para confortarte, si es todo lo que tienes hacia lo que inclinarte. Pero cualquier cosa que hagas, no confundas tu religión con la verdad. La religión no conoce la verdad, y estos hombres son prueba viviente de eso. Si, por algún milagro, fueran a tropezar con la verdad, la esconderían para proteger sus pestilentes dogmas, de la misma forma en que éstos los protegen a ellos. ¿Cuán obvio tiene que ser que estos no son hombres de humildad y sabiduría, que es del tipo del modelo de Jesús, y realmente lo que estábamos buscando, sino políticos profesionales? Mezquinos, de mente estrecha, obsesionados con el estatus, egoístas. Qué estado humillante para cualquiera que se diga ser un maestro espiritual. Los mismos fariseos, de hecho, que el mismo Jesús enfrentó. Los que estaban obsesionados con su propia importancia, su propia grandeza, con el status quo a cualquier costo, con el dogma por sobre la compasión en cada oportunidad, los que se comportaban como si la gente existiera para beneficio de la religión, y no de la manera inversa.

Hace poco descubrí que la palabra 'hereje' viene de la palabra griega 'hairetikos', que quiere decir 'capaz de elegir', lo que casi nos dice todo ¿no lo creen así?

Paz. Y Dios bendiga el ateísmo.


Traducción al español del nuevo vídeo de Pat Condell "The arrogance of clergy" (La arrogancia del clero).


"No tengo miedo de esta porquería. Simplemente no me gusta la insanidad que promueve."