Lo que la ciencia moderna ha colectado de evidencia hasta el momento sobre las posibles explicaciones para las religiones, creencias en deidades, misticismos y otros tipos de fantoches no tiene nada de sobrenatural.
Es más, las explicaciones para creer en "dios" son más bien neurólogicas, psiquiatricas, evolutivas y psicológicas; "dios" tiene distintas facetas, pero ninguna se acerca a conceptos mágicos:
1. "Dios" como una tendencia innata. Esto no quiere decir que se nace católico, por ejemplo; tan solo pone de manifiesto que en ocasiones las personas (principalmente aquellas que no tienen un avanzado nivel educativo) tienden a atribuir un significado sobrenatural a las cosas para las cuáles no hay una viable explicación hasta el momento.
2. "Dios" como un simple mecanismo de evaluación del otro. La fe no es algo extracorpóreo, se origina en el lobúlo frontal y temporal, mismas regiones encargadas de crear empatía para con los demás, así como de la creación de juicios; son estas mismas áreas las que juzgan el concepto de "Dios", o sea en teoría juzgamos a "Dios" utilizando los mismos criterios que con otras personas. Pero en la práctica sabemos que esto es parcialmente cierto, en la práctica el juicio que muchas personas tienen sobre "Dios" esta muy alterado: no importa si es un "Dios" filicida y misógino igual es un "dios amoroso y comprensivo", pero si por ejemplo una persona es muy bondadosa y servicial pero se dedica al sexoservicio entonces es una pervertida inmoral. Desgraciadamente son las consecuencias de la religión, termina por redireccionar gran parte de los buenos sentimientos personales hacia ella misma y sus promotores religiosos (como dije, aunque ella y sus promotores sean de lo peor; ya ven con el difunto padre Maciel, aunque haya sido un pedófilo, polígamo y engendrador a rienda suelta se le justifica en la comunidad católica como "es que es humano como todos"), y deja mutilada la empatía y el juicio justo para con los demás.
3. "Dios" como organizador de grupos. La creencia en "dios" organiza en grupos a las personas en su conjunto; por lo que en este punto su única relevancia es solo esa: un organizador en grupos. Igual no es necesaria, hay tantos motivos por los cuáles las personas pueden organizarse en grupos.
4. "Dios" como analgesia evolutiva. Siempre he considerado que la religión es como una droga, una droga que como todas tiene la capacidad de sacar de la realidad a las personas para sumergirlas en un estado de tranquilidad, analgesia, éxtasis y alucinaciones; y como todas las drogas tarde que temprano termina siendo perjudicial ya que crea adicción, dependencia. Aquí cabe decir lo que algunos estudios sociológicos han dicho sobre la religión: la religión no es más que un mecanismo para disminuir la ansiedad de determinada sociedad con respecto a determinadas situaciones, por ejemplo los miedos que pueden crear algunos fenómenos naturales e incluso la llegada de la muerte.
5. "Dios" como múltiples construcciones no sobrenaturales. Citó de la nota en cuestión: “El origen de la espiritualidad, que no de Dios, fue multifactorial. Influyeron los sueños, en los que el individuo viajaba sin mover el cuerpo, dando lugar a la idea del alma, y también la predisposición a la dualidad, porque el cerebro está organizado para ver el contraste, como es la luz y la oscuridad, lo finito y lo eterno, lo real y lo imaginario”.
6. "Dios" como argumento creacionista. Con seguridad esta es una de las bases medulares por las que todavía subsisten las religiones. Se desprende de la falacia de que "toda cosa debe tener un creador". Indudablemente a toda causa corresponde un efecto ¿pero porque dar por hecho que esa causa es un creador?
7. "Dios" como aura epileptica. Algunos psiquiatras como Francisco J. Rubia encuentran grandes semejanzas entre la experiencia religiosa y el aura previa a un ataque epiléptico, sobre todo y muy casualmente si el foco epiléptico se encuentra en el lóbulo temporal.
Difiero completamente con la afirmación de que la religión es algo ineludible neurológicamente hablando incluso para los ateos, como sostiene el psicólogo Paul Bloom. Como he dicho nadie nace con una religión en particular, más bien lo que creo es que todos en algún momento de nuestra vida podríamos tender hacia ciertos comportamientos no racionales al momento de toparnos con cosas o situaciones para las que aún no tenemos explicación a la mano. La diferencia entre un religioso fundamentalista y un ateo es que los ateos siempre buscamos una explicación racional para todo, apelando a la crítica, al juicio, a la ciencia, a la investigación, a la racionalidad, y el religioso fundamentalista para todo "solo dios". En síntesis, "dios" no es más que un montón de analgesia, alucionaciones, juicios y burdas explicaciones que forman parte de la evolución del pensamiento humano, y que, como todo lo que hay dentro de la evolución, tendrá que cambiar algún día, o desaparecer.
Quién desee profundizar en la nota pinche directamente aquí.
Llegué por casualidad a vuestro blog y si me lo permites, me quedo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quique, concuerdo con casi todo lo que decís, salvo con lo último. Hay ateos y ateos, y como ateo racional y escéptico te digo que a veces yo hago gimnasias mentales muy irracionales, y que he conocido a unos cuantos ateos extremadamente molestos en sus convicciones no religiosas, pero sí irracionales. En todo caso, hay una diferencia: "se supone" que el ateo cuenta con las herramientas de la razón, la ciencia moderna, etc. para guiarse, mientras que el creyente modelo se enorgullece de tener fe y de tirar la racionalidad por la ventana. ¡Saludos!
ResponderEliminarPor supuesto que te permito, bienvenido José :-)
ResponderEliminarUn abrazo para tí también!
Tienes razón Pablo. Ahora que lo pienso yo también he conocido algunos ateos muy irracionales en la hora de elaborar algunas que otras críticas, ya sean en contra de la religión o en contra de determinadas temáticas. Por ejemplo en algunas entradas que hablan sobre el aborto que vienen en el blog del Barón, "Ateología", he visto que algunos posteos de los llamados "pro vida" corresponden a ateos que dicen "el aborto es un asesinato", y su argumento para decirlo así es el mismo que tienen creyentes "pro vida" y que en realidad tiene muy poco o ningún aval científico, que "la vida comienza desde la concepción" o aún más radical, "desde que el esperma entra a la vagina". Por supuesto es un tema digno de debate, pero ¿realmente se debe considerar que la vida comienza desde el momento de la fecundación? ¿o más radicalmente desde que el esperma entra en la vagina? Igual se me paso el detalle de que he visto creyentes que muestran gran racionalidad que es consecuente a la mayoría de las demandas de estos tiempos, como aquellos que pertencen a las llamadas corrientes reformistas. Supongo que hasta las religiones y el ateísmo no se pueden salvar de las distintas tonalidades grisáceas que existen entre el blanco y el negro :-P
ResponderEliminarYo por mí parte siempre procuro ser lo más posiblemente racional hasta en mis procesos mentales, probablemente porque sea algo obsesivo. Sin embargo se queda solo ahí, en un "siempre procuro", porque tarde que temprano he de caer en algo de irracionalidad, ya sea por el hecho de que tenga que sopesarla mentalmente, por el hecho de que todavía pueda tener alguno que otro pequeño e insignificante residuo de "adoctrinamiento religioso" producto de mi pasado como religioso fundamentalista, o porque simplemente haya algunos que otros creyentes que son tan groseros, majaderos, irracionales e inhumanos que a veces pueden sacarme de mis cabales :-S jeje.
Ten buen día!