Comúnmente en este blog suelo hacer críticas muy ácidas contra la religión, pocas veces suelo dar buenas noticias... y esta es una de esas pocas veces :-)
Mientras que la iglesia católica y el resto de las religiones judeo-cristianas siempre han de tirar hacia atrás en cuanto a equidad de género se refiere (tomando en cuenta que todas son las principales reponsables de que exista una cultura patriarcal, misogina, machista y homofóbica tan difundida en el ideario social), algunas personas ya han tirado hacia adelante en la lucha a favor de la equidad de género, y lo han hecho de forma tan ingeniosa que particularmente me ha dado mucho gusto. Antes cuando se quería concientizar que tanto mujeres como hombres poseemos los mismos derechos y obligaciones se emprendían acciones repetitivas año con año: casi todas las campañas iban enfocadas exclusivamente hacia las mujeres adultas y se centraban en su gran mayoría en problemáticas (que son muy cotidianas en sociedades patriarcales) como la violencia intrafamiliar y agresiones sexuales. Ahora las cosas han cambiado, además de que las problemáticas a combatir ya no son únicamente la violencia y la violación sexual, también las campañas "pro equidad de género" se han extendido hacia todos los públicos: todas las edades, todas las orientaciones sexuales e identidades genéricas, hacia ambos sexos, etc.
Muestra de ello es la colección de cuentos infantiles "Yo soy igual". La colección esta compuesta de seis cuentos que hablan sobre mujeres desempeñandose en oficios que histórica y socialmente han sido relegados a los hombres (debido, repito, al insano e imperante patriarcado). “Mi mamá es taxista”, “Mi mamá es electricista”, “Mi mamá es albañil”, “Mi mamá es referí”, “Mi mamá es cirujana” y “Mi mamá conduce el subte” son los títulos en cuestión, de la editorial Librería de Mujeres Editoras.
A mi opinión es un excelente movimiento, y muy bien ejecutado. En primer lugar porque los niños aprenden mejor que los adultos: normalmente las experiencias e informaciones que capten los niños en su infancia temprana y media se quedan por toda la vida (de ahí que Richard Dawkins ha explícitado en no más de una ocasión su preocupación al respecto de que muchos niños estén recibiendo en edades críticas para su desarrollo mala información proporcionada por la religión), por lo tanto si las personas aprenden en su infancia a ser flexibles, justos y respetuosos en cuanto a actitudes y roles genéricos entonces se estarían creando a mediano y largo plazo entornos menos machistas, lo cual secundariamente fomentaría entornos menos misoginos y homófobos. En segundo lugar porque para combatir al machismo en sociedades tan patriarcales y tradicionalistas como la latinoamericana es preciso avanzar con pequeños pero significativos pasos; no olvidemos que entre más religiosa y conservadora sea una sociedad es más difícil lograr cambios debido a que estas dos características (principalmente la religiosa) son promotoras del adoctrinamiento, conformismo y apatía mental.
Los libros ya están disponibles en librerías como Ghandi, Paidós , Hernández, Zilval´s, Santa Fe y Norte. Estos cuentos sí valen la pena ser leídos, no como los bíblicos :-P
Otra forma brillante e innovadora de fomentar la equidad de género es hacer campañas de concientización, pero esta vez dirigidas hacia el hombre. El fundamento de dichas campañas hacia el sexo masculino es: el modelo de masculinidad que impera hoy en día es patriarcal, misógino, machista y homofóbico, la base de la violencia que se ejerce contra la mujer parte de dicho modelo masculinista patriarcal; por lo tanto si se promueve y fomenta una nueva forma de cultivar la masculinidad dichos episodios de violencia tenderían a ser poco frecuentes, incluso hacia su desaparición (algo realmente utópico, pero que igual se considera).
Así lo piensa el director del grupo de reflexión del Servicio de Educación y Responsabilización para Hombres Autores de Violencia de Género (que nació en el municipio de Nova Iguacu, al norte de la ciudad de Río de Janeiro, Brasil) Fernando Acosta, quién pretende extender la labor de dicho grupo de reflexión , con el apoyo de las autoridades brasileñas y organismos no gubernamentales, hacia 78 municipios brasileños más.
Una de las acciones para crear esa nueva masculinidad libre de violencia genérica consiste en derrumbar prejuicios homofóbicos. De ahí que muchos profesionales de la psicología coincidan en que la homofobia no solo afecta a hombres y mujeres homosexuales, también tiene mucha repercusión en la vida de las personas heterosexuales (sino fíjense: pocas o raras veces son visibles los afectos no sexuales entre hombres heterosexuales, la expresión de sentimientos suaves no sexuales entre hombres heterosexuales, e incluso en ocasiones algunos hombres heterosexuales tienen problemas para expresar su lado más sentimental y sensible con su pareja mujer, y todo por el prejuicio de que tanto los sentimientos y los afectos, sean cuales sean, son "de gays").
Desafortunadamente la desventaja de tales grupos de reflexión podría radicar precisamente en el ámbito penal. Hay cierto temor por parte de las mujeres de que el agresor en cuestión quede libre de su "responsabilidad penal" si un juez dictamina que la causa del ataque misógino (sea cual sea) sean problemas mentales relacionados al machismo, y que en vez de pisar la cárcel lo envíen unos cuantos meses a rehabilitación en dichos grupos de reflexión. Aún con la desventaja vale la pena seguir con el proyecto, y tratar de remediar las posibles desventajas legales que pudieran desprenderse de él.
Pequeños pasos, pero bastante significativos.
A mí, aun siendo homosexual, me ha costado trabajo interno el superar las aprensiones y condicionamientos impuestos por la sociedad machista y patriarcal. Y de algún modo, en el caso de los gais hay un elemento no presente en el caso de los heterosexuales: el miedo a ser malinterpretados o a dar señales que pudieran motivar una lectura errónea de lo que queramos expresar (y eso, en una cultura tan sumamente homofóbica y heterosexista, es muy común), como puede ser el miedo a abrazar a un amigo por miedo a que el amigo pensara que nos sentimos atraídos por él (o si no lo piensa él, lo puede hacer alguien que esté mirando, en fin).
ResponderEliminarTe recomiendo este vídeo, que es de una performance de subversión de los roles asignados por la sociedad machista. Está hecho por activistas chilenos:
http://www.dailymotion.com/video/x8rsy9_de-duena-de-casa-a-penetrator-cuds_news
Un saludo. =)
Por supuesto, y no eres el único creeme, personalmente me costo mucho tiempo zafarme de cada etiqueta machista y homofóbica (como sabes a veces los gay somos poseedores de homofobia y heterosexismo introyectado, difícil de sacar, pero no imposible), muy presentes en el ideario latino, pero al final tuve la recompensa. De hecho todavía poseo alguno que otro pequeño residuo de sexismo, pero ya no me afectan en lo absoluto en la vida diaria y puedo controlarlos perfectamente.
ResponderEliminarYo también, si me lo permites, te comparto lo que a mi me sirvió: entre más crítico seas e información científica tengas a la mano más posibilidades hay de superar cada condicionamiento homófobo y sexista, aún por más impreso que este en el ideario social o incluso en nuestras mentes. Te recomiendo (si no los tienes, vale la pena adquirirlos) los libros de Marina Castañeda, una terapeuta eminente en los temas concernientes a la homosexualidad, homofobia, machismo y sexismo. Eso y lo que también me ayudó muchísimo fue analizar a modo personal y de una forma muy crítica y dura todos y cada uno de los condicionamientos sexistas, más adelante cuando siga con las inconsistencias del cristianismo pondré algunos.
Por cierto, un día cuando acudí a un retiro sobre sexualidad humana, el sexólogo que lo impartía dijo algo muy cierto - le plantee la misma intriga que tienes sobre la lectura errónea que un heterosexual puediese tener de nuestras actitudes -: "Cuando nos relacionamos los gays con un hombre heterosexual sucede lo mismo como cuando un hombre heterosexual se relaciona con una mujer. El hombre heterosexual a veces siente que debe cuidar algunas de sus actitudes para no transmitir la idea de que desea ligar y así pueda incomodar de un modo u otro a las mujeres. Del mismo modo el hombre gay a veces siente que debe cuidar sus gestos y actitudes para que el heterosexual no se sienta acosado por él". Me he dado cuenta de algo, cuidemos o no cuidemos nuestras actitudes para con los heteros, les hagamos o no les hagamos caso, en muchas ocasiones algunos se sentirán "acosados" por nuestra sola presencia, de hecho paradójicamente la mayoría de los "malos entendidos" entre hombres gays y hombres heteros surgen de la nada. Asi que opino que lo mejor sería comportarnos como nosotros mismos aunque los heterosexuales malinterpreten tales comportamientos, que deseen interpretar nuestras actitudes como se les dé la gana; y, solo cuando ellos lo pidan o cuando realmente sea necesario (por ejemplo cuando tenemos que lidiar con heterosexuales menores de edad como en el caso de los maestros de escuela, o cuando un amigo cercano hetero nos pide una explicación pata una determinada actitud que tenemos para con él) entonces si habremos de aclarar nuestras verdaderas intenciones y que no se creen falsedades.
Cuídate! Un saludo :-)
Efectivamente, parte de la solución del problema pasa por ignorar los condicionamientos y temores que, a fin de cuentas, se crean de la nada, y que no tienen mayor sustento en la razón. Como siempre, la superación de estos problemas pasa por un gran trabajo de racionalización, y para eso el manejar los argumentos y sentirse seguro respecto de ellos y de sí mismo ayuda bastante.
ResponderEliminarNo conozco a la autora que citas, pero tendré presente la recomendación. Muchas gracias. :-)